Siempre que acudo a un restaurante por primera vez, al terminar, me hago la misma pregunta: ¿volvería o no volvería? Si la respuesta es afirmativa, sé que puedo recomendarlo sin temor a equivocarme. Éste es el caso de Santo Pecado, que a mi juicio, es un durísimo competidor en la encarnizada (y nunca mejor dicho) lucha por servir la mejor hamburguesa de la capital.
Situado en la glorieta de Quevedo, este local cuenta con una terraza acondicionada para cualquier época del año. Sin embargo, pasar al interior tiene premio: observar su impresionante parrilla de carbón de encina. Toda una declaración de intenciones sobre lo que pueden ofrecer.
Pero lo que realmente marca la diferencia es la calidad de su producto. Según nos explicó su responsable Franklin, toda la carne procede de su propia ganadería situada en la finca El Retamar de Sonseca, en Toledo. Allí, no sólo son pioneros en la adaptación del buey raza Wagyu. También han logrado crear una raza propia, cruzando el buey japonés de línea Tajima-ushi con vacas Black Angus alemanas y americanas, para posteriormente perfeccionar la genética con nuevos cruces Wagyu. Todas las reses se crían en libertad, alimentándose de pastos y forrajes complementados con muy baja proporción de pienso. El resultado es una carne de inmejorable sabor con un alto contenido en ácido oleico Omega 3 y Omega 6.
Ya con la carta delante, tienes la posibilidad de personalizar tu propia hamburguesa o elegir una de sus especialidades. Nosotros probamos la Kentucky (con provolone, bacon crujiente, cebolla caramelizada con bourbon Jim Beam, lechuga Batavia y salsa césar) y la Oh La La (con foie, trufa, queso Monterrey Jack, tomate natural, cebolla a la brasa y mayonesa trufada). Ambas acompañadas de unas estupendas patatas fritas y patatas Deluxe.
La obsesión de sus propietarios por controlar el origen y la elaboración de lo que ponen en sus platos se extiende también a los entrantes. Un gran ejemplo son los nachos caseros, horneados (que no fritos) en su cocina, o el guacamole que elaboran en el momento. Pero si podéis, no dejéis de probar su quesadilla rellena de Black Angus cortada a cuchillo y cubierta por una exquisita bechamel de queso.
La oferta la completan una hamburguesa apta para veganos, ensaladas y postres caseros, así como una amplia variedad de licores para disfrutar de una copa tras la comida o la cena. Entre semana, hay un menú de mediodía que incluye hamburguesa, bebida y postre por menos de 12 euros. Sin duda, Santo Pecado se ha colado por derecho propio en nuestro top de mejores hamburguesas de Madrid. Si pecas, que sea por algo que realmente merece la pena. No te decepcionará. Palabra.
¿Conocías Santo Pecado? ¿Cuál es tu hamburguesa favorita de Madrid?
Fotografías cortesía Santo Pecado.
2 comments:
que rica sin duda!!
No suelo nunca comer hamburguesas y tampoco resido en Madrid.
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