Hemos probado Avéne Antirojeces

Hoy os quiero contar mi rutina facial de los últimos dos meses. En concreto, os quiero hablar de la línea antirojeces de Avéne, de la que he estado utilizando su Fluido Dermolimpiador y su crema de día protectora. Ambos productos son ideales para pieles sensibles, con rojeces o que sufren de cuperosis y/o rosácea. Hoy, os cuento mi experiencia con ambos productos.

Como sabéis, las pieles excesivamente sensibles deben huir de limpiadores con jabón, y muchas, como la mia, incluso de cualquier producto que se emulsione con agua. En ocasiones, claro que utilizo limpiadores al agua, pero en la medida de lo posible, intento que esté tibia o fresquita, ya que el agua caliente tiende a enrojecer este tipo de pieles.

Por eso, mi rutina facial siempre comienza con el Fluido Dermolimpiador de Avéne, un producto que limpia, calma y reduce las rojeces sin necesidad de agua. Su textura es láctea y fresca, por lo que si tenéis una piel mixta como la mia no os preocupéis, porque no da nada de grasa. Podéis aplicarlo con las yemas de los dedos por todo el rostro o como hago yo, con ayuda de un algodón.

En seguida veréis como va quedándose toda la suciedad en el algodón. Después, basta con pulverizar un poco de agua termal por todo el rostro y retirarla con ayuda de otro algodón. La piel queda muy suave, limpia y calmada. 

Normalmente nunca me han gustado este tipo de tratamientos porque noto que la piel se me va ensuciando a lo largo de la semana y terminan apareciéndome granitos, pero con este producto no me ha ocurrido, por lo que para mi es genial, sobre todo cuando llegas por la noche y quieres una limpieza facial un poco más rápida.

Después de la limpieza llega el turno de hidratar la piel. Antes de la Crema de día antirojeces aplico Matricium de Bioderma, del cual os hablaré más adelante. Después aplico este tratamiento para pieles secas (este invierno mi piel está más seca de lo normal) con SPF 20. Este tratamiento tiene una textura cremosa que se funde a la perfección con la piel, por lo que no te resultará nada pesada.

En su fórmula encontramos Ruscus, que mejora la microcirculación y por tanto las rojeces, aceites vegetales que protegen la piel, agua de Avéne calmante y sulfato de dextrano, de acción descongestionante. Si prefieres una textura más ligera, Avéne tiene una versión en emulsión, a la que sin duda me pasaré cuando llegue el verano.

A parte de hidratar muy bien la piel, la calma y a lo largo del día veo como las rojeces se van minimizando poco a poco. Me ha gustado mucho este tratamiento y de hecho lo seguiré utilizando, pero como sabréis las rojeces nunca llegan a desaparecer del todo, por lo que estoy valorando alguna sesión de láser. Ya os contaré si me animo finalmente.

¿Conocíais estos tratamientos? ¿Qué os han parecido? Te recomendamos leer nuestro especial pieles sensibles.

Fotografías cortesía Avéne, Vogue y The Hot Mess Corner.