Desde que estuve en Londres hace unos años no he parado de beber té, sobre todo té negro, aunque soy consciente de la cantidad de teína que tiene y que sus beneficios no son tantos comparado con el rojo o el verde. También me encanta el té matcha, que suelo tomar cuando voy a comer a algún restauraurante japonés, aunque he de confesar que me gusta especialmente en forma de helado o repostería.
Todavía recuerdo una conversación con una "famosa periodista" que se sorprendía al término de una comida de que fuera la única que había pedido un English Breakfast (té negro) en vez de un té rojo como el resto, para bajar aquella opípara comida con la esperanza de que aquel último postre de chocolate negro desapareciera por arte de magia. "¿Un té negro? ¿Para qué? Si eso no tiene ninguna propiedad..." me preguntaba... a lo que yo sentencié "Porque me gusta". Entre tanto, un compañero de profesión me daba un sutil golpe en el codo para decirme por lo bajini: "No le hagas caso, a mi también me encanta, es mi favorito..."
Utilizado en la ceremonia del té o Chanoyu, el té matcha es probablemente uno de los mejores del mundo ya que es muy fácil de beber y es rico en antioxidantes y vitaminas, sobre todo en Vitamina C. Además se presenta en forma de polvo, por lo que resulta muy fácil su preparación ya que basta con añadir agua hirviendo y esperar unos minutos. Sus propiedades son innumerables: reduce el colesterol, combate el resfriado, previene la osteoporosis, mejora la flora intestinal, rejuvenece la piel, evita la caída del cabello o fortalece el sistema inmunológico. De hecho el té matcha es el té verde más potente que existe en el mundo, por lo que sus propiedades se multiplican respecto a otras variedades de té.
También podemos encontrar el té matcha en un sinfín de tratamientos y cosméticos, como el exfoliante corporal del Dr. Weil para la firma Origins, descubierto por el famoso médico naturista Andrew Weil.
Este exoliante, The Way of the Bath Matcha Tea Body Scrub, se convierte en un verdadero ritual de masaje que elimina células muertas y rugosidades, además de tener un gran poder antioxidante. Su delicioso olor se lo debe al té matcha, aceites esenciales de lavanda, mandarina y geranio, sales marinas o polvo de judía roja. Hay que aplicarlo sobre la piel húmerda y con masajes circulares ascendentes para activar el riego sanguíneo.
Precio: 46 euros (200 ml).
Más información en http://www.drweil.com/
Más información en http://www.origins.com/home.tmpl?ngextredir=1
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